Por: MANUEL PALACIO TILLER
Un 20 de mayo de 1918,
funcionarios del Censo Nacional de Colombia y de la Comisaria Especial de La
Guajira, formalizaron la existencia de un caserío, llamándolo MAICAO, para
facilitar la información del consolidado del conteo y hacerlo sitio de
suministro de datos y cabecera territorial.
1. CENSOS EN COLOMBIA
En los inicios del siglo XX, la
única tentativa para levantamiento del Censo Nacional, tuvo lugar en 1905. Se
buscaba un resultado práctico del cómputo de los habitantes del país con las
clasificaciones necesarias para los estudios sociales y económicos, que todo
gobierno necesita para atender las necesidades de la nación y, con conocimiento
de causa, solucionar sus problemas de conformidad con los planes políticos. En
ejecución de la Ley 02 de 1911 y en ejercicio de la potestad reglamentaria
constitucional contemplan el Decreto 813 del mismo año, y crea la Junta Central
del Censo Nacional y fija el 4 de marzo de 1912 para celebrarlo en todo el
país; esta fecha se adelanta para el 15 de febrero del año mencionado. Para ese
censo se adscribe a la Comisaria de La Guajira al Departamento del Magdalena.
- En el empadronamiento o listado
de vecinos no aparece el nombre de Maicao como ranchería alguna, menos como
corregimiento, indicando con esto, no existir o por lo menos se ignoraba su
existencia real.
• Cinco años después, el
Presidente de la República de Colombia, en cumplimiento de la Ley 067 de 1917,
dispuso y decreta la ejecución del Censo Civil, por medio del Decreto 351 de
1918. La Comisaria de La Guajira nuevamente se adscribe al Departamento del
Magdalena. La Dirección General de Estadística, órgano Rector, dicta
disposiciones generales pertinentes para el levantamiento del Censo a las
Tribus indígenas y de los Lazaretos de la República. En el consolidado o
cómputo de vecinos inscritos en dicho censo celebrado el 20 de mayo de 1918,
aparece por primera vez en Colombia el nombre de Maicao en el idioma
castellano.
- Los funcionarios del Censo de
conformidad con las disposiciones adecuadas para los indígenas, encuentran
dificultades en los indios guajiros de hábitat esparcidos, que hace a los
funcionarios nacionales y regionales recurrir al Decreto Comisarial número 15
de 1912, en condición de apoyo por analogía, que a la letra dice: “Todo caserío
que respecto de otro esté a distancia no menor de diez a veinte cuadras, se
considerara incluido como parte de un solo caserío”. Con esta aplicación por
vía de analogía del protocolo se superó aquella dificultad y formaron un lugar
que sirviera de epicentro del Censo y de cabecera territorial, ya solicitada
por el Comisario Juan Manuel Iguaran por la importancia de esta región en la
Baja Guajira debido a las migraciones recurrentes a ella.
- El profesor y licenciado Miguel
Ortega Medina, en su libro “Maicao, poblamiento y frontera”, destaca el
acontecimiento del censo de 1918, la formación y formalización de Maicao y por
ende la importancia de ese lugar y el auge de esa región donde se hizo el
asentamiento.
- El lugar estaba habitado por
indios mestizos y criollos, que hizo posible la creación de un punto de dato
con las rancherías próximas y de esa manera acumular el conteo de los informes
provenientes de las rancherías del entorno de aquella otra ranchería donde
habían llegado los primeros desplazados donde habitaba el indígena principal
Walepa Apushana en Wosocorrolijunay y pernoctaba en época de lluvia en
Wirrumana.
2. Es de suponer, por tales
consideraciones, el escritor guajiro Antonio J. López, conocido como “Briscol”,
dice de Maicao, en su libro “Los Dolores de una raza”: una población diseminada
dentro de un perímetro de 20 Km2, sobre la tersa superficie de la sabana abierta”,
menciona veintitrés rancherías en el cuadro de los puntos cardinales, entre las
cuales, existen todavía: Majayutpana, Shorolhoma, Kasichi por el Norte;
Moju´upay, Wosocorrolijunay, Mechenay por el Sur; Marañamana, Walha Walhau, La
Paz, Casutot, por el Oeste; por el Este, Causholhijunay, Uyatpana. Dice el
libro, que eran habitadas por indígenas y tres grupos de mestizos hijos de
blanco venezolano, mulato colombiano y antillano negro de Aruba y Curazao.
3. El epicentro formado por el
Censo de 1918 era formado por cinco rancherías cercanas geográficamente dentro
del concepto del Derecho Ancestral Indígena ahora unidas bajo un solo nombre de
Maicao para suministro de la información censal. Esos núcleos familiares, según
el escritor Pepe Palacio Coronado en su libro “La Guajira realidad mágica”
fueron las de Manuel Palacio López y su señora Pilar Fince de clan Apushana,
mestiza hija de venezolano ella y sus hijos; Eleuterio Paz, conocido como
Yajaira de clan Jusayu de origen venezolano al igual su señora Aminta González
de clan Apushana y sus hijos; además, los hermanos de Aminta González y sus
sobrinos, liderados por Luis Ángel González, todos del mismo clan Apushana y
vivían en Mechenay hacia el Suroccidente. También Cristina González de clan
Ipuana, viuda del cacique José Dolores líder de las victorias en la Batalla de
Carazúa que liberó a La Guajira de ser entregada a Cipriano Castro Presidente
de Venezuela, comprometida por los apoyos dados a los liberales. Por último,
Dolores Bonivento de clan Epinayu mujer del comerciante José Domingo Boscan de
ascendencia venezolana, que llegan mediante proceso de adyacencia por afinidad
de parentesco territorial con Pilar Fince en Tucuracas, siendo esta igualmente
hermana de Riatta Fince de clan Apushana esposa del Cacique Tupa del clan
Epinayu, tío Clanil de Dolores Bonivento.
4. Para establecer el orden de
llegada de los comerciantes desplazados de los puertos de Tucuracas por razón
del bloqueo americano a la cuenca del Caribe a mediados de 1917 por la Primera
Guerra Mundial y de Kijolu, el escritor Abel Medina Sierra, en su libro
“Memoria del maíz” dice en referencia a Manuel Palacio López: “Con este colono
no solo se inicia el poblamiento por indígenas mestizos y criollos de otros
lugares de La Guajira y Venezuela sino que él se constituye en el primer
comerciante que se estableció en este caserío de ranchos de bahareque, en el
entonces irredento pero apacible oasis”. El asentamiento de este colono se
ubica en la cercanía de Wuirrumana con nombre diferencial de Kataihua por estar
próxima a tres arboles robustos de corteza gruesa que producía un fruto
parecido a un cacao.
5.
5.1. Al tenor de este escrito,
téngase como antecedente mediato, el Laudo Arbitral Español en la Litis
territorial de Venezuela y Colombia, fallo proferido en 1891 por el Rey de
España, sentenciando que la Republica de Colombia mantenía su soberanía sobre
toda la península de La Guajira, lo que origina una lucha por el poder en las
naciones en conflicto.
5.2. Ocurrida la Batalla de
Carazúa en 1903, generó reubicaciones territoriales en el suelo étnico,
igualmente el Pacto de Paz de Wala Walhau.
5.3. Los veranos cíclicos en la
pampa Guajira originaron desplazamiento de indios ricos con sus animales de
cría desde la Alta Guajira a la sabana de Anoui.
5.4. El bloqueo naval en el
caribe por la armada americana a finales de la Primera Guerra Mundial en
1917que acabo con el comercio en los puertos naturales y sus practicantes
buscan sitios para seguir en el ejercicio y a la vez salvar sus animales.
• Todo aquello tiene como
consecuencia nuevos asentamientos en los bordes de los Montes de Oca y el
confín de la Alta Guajira, entre los cuales, la formación y formalización de
rancherías dispersas en caseríos, como Maicao la que tendría un destino
singular entre tantas en la sabana de Anoui en Woppumuin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario