Por David Awad V.
Salida:
Ruta No. 1 = Coliseo Cubierto Humberto Peréa (Carrera 54 con calle 58)
Ruta No. 2 = Mi Kiosquito (Carrera 21 con 68)
Ruta No. 3 = Estadio Municipal Romelio Martínez (Calle 72 con carrera 46)
Regreso:
Ruta No. 1 = Olaya – Paseo Bolívar
Ruta No. 2 = Boulevard Sur 1 (Carrera 61) Coliseo - (Calle 53) Caracas – (Carrera 44) Cuartel – Paseo Bolívar.
Ruta No. 3 = Calle 72 - Avenida Estudiantes
Ruta No. 4 = Calle 72 – Mi Kiosquito (Carrera 21) – Paseo Bolívar.
En dichas carreras se apreciaban esbeltos ejemplares caninos, flacos, de cabezas alargadas, cuello estirado, tronco, cola y patas alargadas, mostraban un animal “atlético” y veloz.
A pesar que los Canódromos en Colombia comenzaban a demandar aficionados entre los años 60´s y 70´s, llegaban a apostar grandes cantidades de dineros y traían del exterior algunos perros que comenzaban a recorrer los canódromos del país.
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Foto Diario del Caribe: Profesor Jairo De La Rosa |
El Perro que se ve en el recorte de prensa, corresponde a un ejemplar de la época conocido como "Alteza", uno de los 54 galgos que participaron en las 9 carreras (3 en pista de 412 metros) programadas en un evento organizado para obras de beneficencia de las Damas Hospitalarias Voluntaria (Damas Rosadas) en 1968, donde el producido fue destinado en su totalidad a dicha asociación para sus obras benéficas.
No obstante, la capital del país Bogotá, contaban con el Canódromo ubicado en un terreno sobre la autopista norte, muy asidua por personalidades locales y nacionales, donde el día de su inauguración el diario “El Tiempo” tituló en primera página “Como acto preliminar se realizó un desfile de bellas damitas de la capital”, el mismo que fue publicitado por el diario "El Tiempo".
Los galgos del Canódromo de Barranquilla: nombres en español y herencia “Made in USA”
En el Canódromo de Barranquilla, sesenta galgos veloces se roban la atención de los aficionados. Aunque sus progenitores provienen de Estados Unidos y llevan la marca “Made in USA”, estos corredores han sido bautizados con nombres en español, lo que les da un toque más cercano al público local.
Cada perro cuenta con un número tatuado en la oreja para su identificación oficial, pero, para facilitar su reconocimiento en plena carrera, dichos números se asocian con colores específicos: el 1 es rojo, el 2 azul, el 3 blanco, y así sucesivamente. Este sistema visual permite que los espectadores sigan la competencia con mayor facilidad y emoción.
El lugar no solo es escenario de velocidad y destreza, sino también un punto de encuentro para los amantes de las carreras caninas, quienes disfrutan viendo cómo estos atletas de cuatro patas, con sangre estadounidense y nombres criollos, compiten a toda velocidad en busca de la victoria.
Felicitaciones por tan excelente crónica, digna de conocer por las generaciones de hoy.
ResponderEliminarSensacional crónica histórica, felicitaciones
ResponderEliminarExcelente esfuerzo por retratar paisajes de nuestra historia local.
ResponderEliminarBuena crónica, falto el final
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